
María Elisa Paz y Ariel Rodolfo Rivero
VOLVERÁN LOS TURISTAS: TURISMO Y PANDEMIA
la ausencia de humanos fueron recuperados por la naturaleza, por los animales, que al
contrario de las personas comenzaron a sentirse ocupar los espacios ahora vacíos.
La vida tal como se practicaba hasta principios de 2020 muy rápidamente desapareció, los
primeros meses se pensaba que esta situación pronto pasaría, que no podía durar más de dos
semanas. Pero conforme fueron pasando los meses, junto a una serie de restricciones en la
movilidad de la población, la pandemia se transformó en la “nueva normalidad”. No salir,
trabajar desde casa, ir a trabajar con barbijo, usar alcohol, desinfectar bolsas, ropa, manos,
etc., se transformaron en parte de la vida cotidiana.
La falta de movilidad, el achicamiento de los territorios por encontrarse cerradas las fronteras
internas e internacionales, pronto trajeron otros males, el principal de ellos, la falta de trabajo.
El avance de la pandemia comenzó a golpear cada vez más a los diferentes sectores de la
economía, en particular al turístico.
El cierre de aeropuertos, por lo tanto, la suspensión de los vuelos nacionales e internacionales,
representó en un primer momento una medida de seguridad que impediría la dispersión rápida
del virus por todo el mundo. En ese momento, los primeros meses del año, la pandemia
impactaba fuertemente en Europa, el resto del mundo era testigo del contagio y muerte de
miles de personas diariamente, también de la política que cada nación fue tomando para
cuidar a sus poblaciones. A partir de esas experiencias que se vivían en simultáneo, muchos
países latinoamericanos fueron tomando medidas preventivas en tanto otros optaron por
minimizar la problemática.
En Argentina con la llegada del COVID-19 importado de Europa por turistas que volvían de
sus vacaciones, se produjo rápidamente la alerta. La decisión del gobierno nacional fue la
cuarentena, el aislamiento social, preventivo y obligatorio fue la primera estrategia
preventiva. Así, a través del aislamiento de la población se impediría el desborde del virus y
como consecuencia esto posibilitaría fortalecer el sistema de salud pública para cuando los
casos fueran en aumento.
El día 20 de marzo de 2020 comenzó la cuarentena, esto produciría una serie de medidas que
van desde el gobierno nacional a los gobiernos provinciales, donde cada uno iría aplicando
diferentes restricciones. En la provincia de Jujuy el gobernador Gerardo Morales rápidamente
cerró la frontera provincial, impidiendo la entrada y salida de la provincia. Los eventos
sociales y culturales dentro de la agenda cultural y religiosa también se vieron afectados, así
como también el comercio en general. Solo aquellos comercios a los que se denominaron
esenciales como farmacias, supermercados, almacenes de cercanía, tiendas de telas para la
confección de barbijos o tapabocas, carnicerías, panaderías, corralones, entre otras
permanecieron abiertas. El resto, entre los que se incluyen restaurantes, hoteles, cafés, bares,
zapaterías, boutiques, bazares, joyerías, etc. debieron cerrar.
En un primer momento las medidas parecían acertadas considerando el contexto de pandemia,
pero conforme fue avanzando el tiempo y las economías se fueron deteriorando, sobre todo
para aquellos comerciantes, profesionales, etc., que debieron cerrar por tiempo indefinido,
pero de quienes a su vez dependen muchos empleos y que además deben seguir afrontando
los gastos operativos habituales, empezaron a transitar crecientes dificultades al no generar
ingresos económicos suficientes. Se puede decir que la pandemia vino a dar el golpe final a la